3 ya que queréis una prueba de que habla en mí Cristo, el cual no es
débil para con vosotros, sino poderoso entre vosotros.
4 Pues, ciertamente, fue crucificado en razón de su flaqueza, pero está
vivo por la fuerza de Dios. Así también nosotros: somos débiles en él, pero
viviremos con él por la fuerza de Dios sobre vosotros.